PISO CIELO 36.000-48.000BTU

PISO CIELO 36.000-48.000BTU

El mantenimiento preventivo profundo de un aire acondicionado tipo piso cielo inicia desconectando la alimentación eléctrica del equipo y protegiendo el área de trabajo para evitar salpicaduras o acumulación de suciedad en pisos, techos y paredes. Una vez asegurado el entorno, se procede a abrir las tapas del equipo y retirar los filtros de aire para lavarlos con agua y jabón neutro, dejándolos secar a la sombra antes de reinstalarlos. Posteriormente se realiza la limpieza del serpentín del evaporador aplicando productos desinfectantes y químicos especiales para eliminar polvo, grasa y microorganismos, enjuagando con agua a presión controlada para no dañar las aletas. La bandeja de condensados se limpia a fondo retirando residuos y sedimentos acumulados, aplicando biocidas para prevenir malos olores y proliferación de hongos, mientras que el sistema de drenaje se sopletea para garantizar un flujo libre de obstrucciones.

Se continúa con la inspección y limpieza del ventilador interno tipo centrífugo, retirando la turbina en caso de que la instalación lo permita y lavándola con agua y detergente para eliminar polvo y grasa, asegurando posteriormente un secado completo. En paralelo se revisan los sensores de temperatura y las conexiones eléctricas, comprobando que no existan falsos contactos, sulfatación o desgaste de los materiales.

En la unidad exterior se procede a abrir la carcasa y limpiar el serpentín del condensador con productos desengrasantes suaves y enjuague a presión, retirando polvo, hollín y residuos que limiten el intercambio de calor. El ventilador exterior se limpia minuciosamente, verificando el estado de las aspas, el motor y los rodamientos, y se eliminan hojas, insectos o suciedad acumulada en la base de la unidad. Se inspeccionan todas las conexiones eléctricas, terminales y contactores, corrigiendo cualquier señal de desgaste o sobrecalentamiento.

Una vez completada la limpieza física, se realiza la verificación del sistema frigorífico midiendo presiones de refrigerante con manómetros, revisando posibles fugas con detector electrónico o soluciones jabonosas, y controlando el consumo eléctrico de compresor y ventiladores para compararlo con parámetros de fábrica. También se mide el diferencial de temperatura entre la entrada y la salida de aire para confirmar que el rendimiento de enfriamiento se encuentra dentro del rango adecuado.

Finalmente se reconecta la alimentación eléctrica y se enciende el equipo para realizar una prueba operativa completa, verificando que enfríe de manera uniforme, que el caudal de aire sea constante y suficiente, que el drenaje de agua fluya correctamente y que no existan ruidos, vibraciones ni olores extraños. El proceso concluye documentando las condiciones encontradas, el trabajo realizado y las recomendaciones de cuidado que se transmiten al cliente.
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